El gráfico muestra el impacto sobre la cotización de los índices S&P500 y Dow Jones Industrial Average de un falso tweet proveniente de la cuenta hackeada de Associated Press: simplemente, parece ser que alguien obtuvo acceso a las claves de la cuenta mediante un correo electrónico con una dirección falsificada, insertó ese tweet algo después de la una de la tarde en hora de Nueva York, y disparó todas las alarmas hasta que pudo ser desmentido y la cuenta suspendida. La acción parece haber sido reivindicada por un supuesto Syrian Electronic Army, un grupo que apoya al gobierno de Siria. El impacto sobre el Dow fue de 143 puntos, desde los 14.697 hasta los 14.554, para recuperarse poco después. En paralelo, varias cuentas de CBS fueron también hackeadas supuestamente desde la misma organización, y se insertaron varios mensajes de denuncia y protesta.
El suceso debería llevarnos a reflexionar sobre varios temas: primero, sobre la importancia de Twitter y ese papel de “sistema nervioso central del planeta” que algunos todavía pretendían negar hace algunas semanas: un falso tweet, uno solo, y el mercado financiero más poderoso del mundo se tambalea lo suficiente como para dejar en ridículo a los que pretendían afirmar que Twitter solo era importante para quienes lo usaban. Es lo que hay: Twitter es el sistema nervioso que hoy en día conecta muchísimos nodos de información importantes, y una pequeña tos en Twitter puede desequilibrar muchas cosas.
El segundo, la seguridad: el acceso a una cuenta de Twitter se obtiene mediante una contraseña, y poco puede hacer Twitter si alguien decide utilizar una contraseña débil o no ser especialmente cuidadoso en su custodia. En este caso, todo indica que hablamos de un ataque en el que una persona concreta de la organización recibe un correo electrónico solicitándole la contraseña y supuestamente enviado desde una dirección falsificada de alguien que podía estar en situación de hacer tal cosa, algo contra lo que Twitter puede supuestamente hacer poco. Pero sí hay algo que debería hacer: instalar un sistema de autenticación en dos pasos. Una vez introducida la contraseña en un dispositivo o programa nuevo, activar el envío de una segunda contraseña a través de un canal diferente, como un SMS o mensaje a un teléfono móvil. La contraseña de Twitter no es necesario utilizarla a menudo, suele necesitarse únicamente cuando se configura un nuevo dispositivo o programa, o cuando se intenta acceder a las analíticas, pero en pocas ocasiones más, de ahí que escoger una contraseña fuerte sea fundamental y que utilizar un sistema de autenticación en dos pasos no resulte especialmente engorroso.
Tercero, la velocidad. En el mundo que hemos construido, las noticias se mueven a tal velocidad, que cualquier pequeño impacto puede llegar lejísimos en pocos segundos. En un lapso de tiempo muy corto, el tweet de Associated Press alcanza a sus muchísimos suscriptores, es reconocido como proveniente de una fuente habitualmente fidedigna, y desencadena unas decisiones de inversión que mueven muchos millones de dólares a golpe de unos pocos clics. Antes, la explosión de dos artefactos explosivos en la Casa Blanca solo la considerabas real si estabas allí al lado y la veías con tus propios ojos o escuchabas con tus propios oídos, o si salía en las noticias de la radio o la televisión. Ahora, una noticia puede originarse en infinidad de fuentes, muchas de ellas relativamente fáciles de comprometer, y puede ser interpretada como real por millones de personas. Escogiendo adecuadamente el destinatario, el daño infligido puede llegar a ser importante. La caída de las barreras de entrada a la comunicación, comprobada en un ejemplo demoledor.
En el mundo en que vivimos hoy, la información circula en tiempo real y el terror se puede sembrar de muchas maneras. Es lo que hay. Mejor tener muy a punto tus orejas y tu boca: si llegado el momento tienes que escuchar, mejor que escuches algo. Si tienes que hablar, mejor que tengas desarrollados canales para hacerlo de manera inmediata y garantizando que te escuchen. No, lo de ayer no quiere decir que “no te puedas fiar de Twitter” o que debas ser permanentemente escéptico con todo lo que lees en internet. Es, simplemente, una característica del sistema. Como diría un programador, “it’s not a bug, it’s a feature“. Es lo que hay. Acostúmbrate a ello.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.