La ofensiva contra las libertades en Internet se acentúa por momentos. El numero de dirigentes con vocación liberticida crece, a medida que lo hacen las campañas de presión de determinadas industrias por obtener compromisos o alianzas que les hagan creer que serán capaces de “controlar” la red. Y los usuarios habituales, mientras tanto, oscilamos entre tres grupos: los que intentan entender o justificar las restricciones argumentándolas con respecto a los equilibrios que existían antes de que existiese la red, los que intentan luchar contra el recorte de sus libertades con protestas más o menos visibles, y un tercer grupo, sin duda el más numeroso, que simplemente no hace nada, haciendo honor al tan habitual perfil de lurker en Internet.
El planteamiento, cada día más, es el de que la aparición de Internet fue capaz de brindar, durante unos años, un espacio de libertad sin precedentes no sometido a muchas de las restricciones tradicionales, y que en realidad, acabará siendo una simple anomalía o paréntesis histórico cuyas características principales desaparecerán. Que la libertad en la red, a pesar de estar determinada por su mismísimo código, no es libertad sino libertinaje, y que terminará siendo llevada de nuevo al redil. Que el equilibrio debe prevalecer, como si ese equilibrio que plantean fuese, de alguna manera, un equilibrio basado en la “ley natural”, algo inamovible que hubiese sido así toda la vida.
En el fondo, el problema es puramente generacional, generaciones A.I., nacidas antes de Internet, frente a generaciones D.I., nacidas después de Internet. Los gobernantes que hoy intentan recortar lo que podemos y no podemos hacer en Internet para así intentar preservar el equilibrio que había antes de que la red existiese lo hacen, en realidad, porque no son capaces de explicarse que alguien de verdad pretenda romper dicho equilibrio, y mucho menos que no se pueda hacer nada para evitarlo. La red, para ellos, es una molesta anomalía, algo que no pueden controlar, en un entorno en el que prácticamente todo puede ser controlado. El que la red no acepte restricciones, el que las leyes no puedan actuar sobre ella si contradicen el código con el que fue creada, es algo completamente inaceptable, algo contra lo que hay que luchar como sea. Poco importa que el “equilibrio” al que aluden sea, en realidad, un invento artificial de no hace tantos años, poco importa que los tratados y convenios en los que se apoya no pretendan salvaguardar el bien común sino el negocio de unos pocos, y poco importa que las medidas que tomen sean desmontadas una detrás de otra por la terquedad de la red y la imperturbabilidad de su código: lo importante es preservar el equilibrio que existía en el mundo que conocieron antes de la red. Y de paso, por supuesto, el negocio, que es el que en realidad lo mueve todo.
Mientras, las generaciones D.I. esperan que llegue su momento. No hay mal que cien años dure ni ministros liberticidas que no acaben dejando sus cargos. Para una persona que entiende la red, con ha convivido con ella desde que era pequeño, la idea de “controlarla”, de restringir lo que circula por ella, de someterla a determinadas leyes es directamente una locura. Una locura temporal, que durará lo que duren en el poder los que no entienden ni llegarán nunca a entender la red.
Piensa en cuál de los grupos te sitúas. Si intentas entender o justificar las restricciones, si crees sus argumentos porque se apoyan en estructuras incuestionables que te parecen más grandes que tu propio razonamiento, serás como ellos, como la panda de carcamales y reaccionarios que intentan preservar el orden anterior a la red negando obtusamente los cambios que ésta trae necesariamente consigo. Y si eres de los lurkers, ya sabes: Martin Niemöller. En este tema, solo vale el activismo.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
Después del petuky ya tocaba racioncita de demagogia para las masas. Ahora ya incluso se permite insultar a los millones de personas que tienen cosas mejor que hacer que reirle las gracias a este imbécil.
ResponderEliminarAhora resulta que todos tenemos que dedicar parte de nuestra vida a luchar para que todo el mundo pueda bajarse pelis y música de Internet, y si no somos unos lurkers sin corazón. Tal vez no se ha parado a pensar que algunos tenemos alguna cosita más que hacer que escribir twitters desde la T4 (¿sabes lo que es una hora extra, Enriquito?). Me pregunto qué cojones hace este tío por la paz mundial, por la eliminación del hambre, por la no discriminación por raza, sexo, religión o lo que sea, por conseguir una sanidad y una educación dignas para todos, etc., etc., temas todos ellos por supuesto menos importantes que que este gilipollas pueda bajarse una peli de Internet.
Mira, subnormal (lo siento, pero es que consigue tocarme la fibra): deja en paz la conciencia de las personas para que colaboren en las causas que les salga de los cojones, tú no eres nadie para clasificar a las personas, eres solo un bocazas fantasma que el 90% del tiempo no tiene ni idea de lo que dice. Yo colaboro con y participo en lo que a mí me da la gana, lo que a mí me parece justo o importante (y te aseguro que lo hago, y bastante), y dejo a los demás que hagan lo propio según su criterio y no el mío. ¿Sabes por qué? Porque confío en el criterio de los demás y no me creo el aparecido 2.0 que tiene que pontificar lo que está bien y lo que está mal en este mundo, como haces tú. Baja ya de tu puta atalaya 2.0, porque ya no solo eres patético, ahora además das asco.
Me pregunto cuánto te duraría el discursito "libertad en Internet" si publicasen en algún sitio por ejemplo fotos de algún familiar tuyo que hubiera sido violad@, o si se publicasen todos los datos de todas tus cuentas bancarias, o si alguien te pinchase el teléfono y subiera a la nube todas tus conversaciones. Sin duda felicitarías esas iniciativas, ¿a que sí?. Cuánto hipócrita hay suelto en este mundo. Y es que encima tengo que escribir esto aquí porque el libertador de Internet no permite comentarios que no sean de su agrado. Menudo capullo hipócrita.
No voy a ser yo quien justifique la idiocia general del negocio audiovisual y la incompetencia de la mayoría de nuestros gobernantes en todo este tema, pero con hooligans como tú, incapaces de enlazar dos frases con un mínimo sentido común y sin apelar a la demagogia más básica y lamentable, lo que tengo claro es que tenemos la batalla completamente perdida.
Se trata del mismo simio que acudió directamente al fundador de Twitter (aprovechando una entrevista, según el) para que cerrara la cuenta de una persona, porque simplemente le molestaba... este simio tiene los santos ***** de hablar de 'clases' de usuarios y dar lecciones de activismo en pro de la libertad en la red?
ResponderEliminarHabeis leido la entrevista que publico otra de sus amigas blogosfericas? En ella se pueden leer cosas como que la red avanza gracias a gente como el... como tienes tan poco verguenza, Enrique?
Acabaras siendo un bufon, no me canso de repetirlo.
Un saludo.
Anónimo, no sé si te refieres a la entrevista con Mercè Molist. Qué cosa más lamentable. Empezando por la grandiosa frase del titular ("TODO EL MUNDO HABLA DEL TAMAÑO DE MI EGO". A ver, Enriquito, no seas tan egomaníaco, de tu ego hablamos cuatro, y por pasar el rato. De hecho, te voy a dar una mala noticia: hablar, lo que se dice hablar, nunca he hablado de ti con nadie. En cuanto salgo de este blog tú simplemente no existes), pasando por la rocambolesca explicación de lo del Twitter de Edance (casi termina diciendo que eliminaron la cuenta en contra de su criterio. Menudo morro. Por cierto, tu obsesión insultando al ministro Molina dura ya más de un año, ¿habría que cerrarte el blog?), siguiendo por la increíble frase "La tecnología en España no la hacen avanzar ellos, la hacemos avanzar nosotros.", o por el risible comentario sobre su experiencia montando empresas ("Es que yo soy un académico, pero sí he montado una empresa(...) No tengo implicación con la empresa, pero estuve en la generación de la idea.").
ResponderEliminarPero bueno, nada nuevo, ya sabemos cómo es Dans. Para mí lo mejor de la entrevista ha sido descubrir la permanente genuflexión y el nulo sentido crítico de Mercè, todo lo contrario de lo que cualquiera que prentenda llamarse a sí mismo periodista debería tener. Habrá que tenerlo en cuenta en los próximos artículos de esta juntaletras.
Y todo eso sin tener en cuenta que el gran defensor de las libertades y del movimiento gratuito se autoconfiesa usuario y defensor a ultranza de Mac OS X (aunque tiene instalado un Ubuntu de manera testimonial en casa), habla mediante una Blackberry (aunque el otro día estaba jugueteando con el Android que seguro algún conocido de su gran admirada Google le había propuesto), emplea como webmail el correo electrónico de Google (debe ser que otras alternativas de código libre como Horde, SquirrelMail y similares no son tan guays), no puede dar una conferencia sin su Mac porque si no está hecha en Keynote le baja el caché (y los que hemos visto sus pantallas sabemos hacerlas exactamente iguales, quizás con algún efectillo menos, con OpenOffice) y ...
ResponderEliminarBueno, paro, porque si no también habría que saber por qué el defensor del compartir sólo tiene 2 presentaciones en SlideShare compartidas para que podamos ver su calidad como ponente. Además, si miramos en http://www.slideshare.net/edans comprobaremos que ambas son pre-Keynote. Y no, no es que no visite el sitio, porque la foto del avatar sí que la ha cambiado con la nueva a todo color (sin mencionar que en su casa, el Instituto de Empresa, sí que han pasado a liberar contenidos audiovisuales, iniciativa y decisión que, según él ha mencionado en algunos medios, aunque no fue tomada por él, sí que estuvo varios años defendiendo).
Definición del personaje: pearls before swine: professional critic
ResponderEliminarMuy bueno, Ordo. Añadido como enlace para el blog.
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