Es un proyecto que conozco desde hace mucho tiempo, como corresponde al hecho de que uno de sus creadores, Gabriel Aldámiz-echeverría, es muy buen amigo mío. Junto con su mujer, María Arenaza, han creado y desarrollado una idea tan sencilla como eficiente: proporcionar un vehículo en la web para una expresión genuinamente social de la moda.
¿Qué quiere decir “genuinamente social”? La moda es, en sí misma y por definición, un fenómeno social en todas sus variables. Pero la moda, en realidad, se diseña en una serie de empresas, se divulga en una serie de pasarelas y desfiles en distintos lugares del mundo de cosas que difícilmente puede alguien ponerse, y llega a la calle a través de la interpretación que de esas tendencias hacen otra serie de empresas, que distribuyen sus creaciones a través de tiendas. Pero la genuina expresión social de la moda no está en los catálogos de esas marcas ni en lo que cuelga de las perchas de esas tiendas, ni mucho menos en lo que se ve en las pasarelas, sino en lo que las personas de verdad se ponen. En cómo las personas interpretan las tendencias, como combinan diferentes prendas entre sí para crear looks más o menos personales, que luego comparten entre sí. La moda se crea cuando ves a alguien llevando algo de una manera que te gusta, y lo que realmente te influencia es eso, la traslación de lo que las empresas han diseñado al mundo real.
Chicisimo es un catálogo de moda vivo, en el que las usuarias suben sus looks, etiquetan y clasifican las prendas y complementos que los componen, e intercambian opiniones y comentarios sobre ellos. Acaba de aparecer en la página de Vogue.es, lo que le proporcionará una buena oleada de un tráfico sin duda bien cualificado, pero en realidad, Chicisimo.com ya lleva un recorrido que la ha llevado a tener varios miles de perfiles en un países (Estados Unidos, Francia, Italia, Holanda, Polonia), más de quince mil looks perfectamente etiquetados y clasificados por marcas, tipo de prenda, colores, etc., y que ahora aparece con su interfaz traducida al castellano como Chicisimo.es
Independientemente de que sea un buen amigo mío quien está detrás – carezco de participación alguna en el proyecto – la iniciativa me parece muy interesante, y mucho más cuando pensamos en las posibilidades de monitorización: pasar del catálogo formado espontáneamente por las usuarias a los catálogos reales de las marcas de moda que quieran incorporarse a la iniciativa resulta sumamente sencillo, y añadir a eso el correspondiente esquema de comisiones por referral o de incorporación de publicidad en la página, siempre sin empañar la necesaria neutralidad del modelo, parece relativamente trivial. Un motor de búsqueda eficiente permite localizar prendas y complementos en función de su marca, color,tipo de prenda, etc. con total agilidad. Para las marcas, además, supone una oportunidad evidente de contar con información en tiempo real sobre cómo el mercado acoge sus prendas, cómo las combina, y cómo detectar tendencias precisamente “al otro lado”, donde éstas aparecen. Para marcas con suficiente agilidad operativa, esa información, que hoy extraen mediante sondeos o, como mucho, de lo que su red de tiendas les dice (en cuyo caso se limita a la información de su propia marca), un auténtico filón de posibilidades.
Chicísimo es, sin duda, una expresión clara de la intersección entre el comercio electrónico y la web social, un área en la que nos disponemos a ver una gran cantidad de iniciativas aplicadas a todo aquel ámbito en el que los usuarios tiendan a compartir y hacer social aquello que adquieren, una categoría en la que la moda entra por derecho propio. Pero habrá más, y alguna de ellas muy pronto…
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.