En mi columna de esta semana en Expansión, titulada “Votos y conciencias” (ver en pdf), un llamamiento a la reflexión de los diputados que pronto emitirán su voto sobre la Ley de Economía Sostenible: la Disposición Final segunda de la Ley de Economía Sostenible está ahí solo porque un lobby económico quiere que sus casos no los juzguen los jueces, que no les daban la razón, sino un órgano administrativo creado por ellos mismos. Es pura corrupción: ser juez y parte, hacer la justicia a medida, no tener el mismo tratamiento que el resto. Y además, llegó a donde está de manera irregular, y puede ser eliminada quirúrgicamente, sin modificar en modo alguno el resto del articulado: es una ley “Alien”, un monstruo que parasita un cuerpo que no le corresponde.
Se ha hablado mucho ya del tema: quien vote la Ley Sinde, sabe lo que está votando, y lo tendremos en cuenta. Aquí o vale pasar el tema por alto, o presentar enmiendas cosméticas, solo vale la retirada, porque es algo que nunca debió llegar a donde ahora está. Si la Disposición Final segunda pasa el trámite parlamentario, muchos perderemos la poca fe que nos quedaba en la política y en los políticos. Cuando llegue el momento de votar, usen su voto para exigir la retirada al menos de esa parte de la Ley. Por sentido común. Por conciencia.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.