Ana P. Alarcos cita una conversación que mantuvimos ayer por teléfono en su artículo titulado “Los agujeros negros en los que está metido Google“, con cuya tesis principal no estoy especialmente de acuerdo: mi opinión es que para Google es sumamente importante diversificar, por múltiples razones, y que esa tendencia a la diversificación, lejos de constituir “agujeros negros”, es un desarrollo plenamente consciente y muy buscado dentro de la formulación de la estrategia de la compañía.
La primera de ellas es completamente obvia: una compañía que obtiene el 95% de sus ingresos de la búsqueda y la publicidad en sus propias páginas tiene muy buenas razones para intentar diversificar. Si además, debido a la esencia de sus negocios, tiene un nivel de liquidez importante, debe diversificar si puede justificar ante sus accionistas que esa opción tiene sentido: siguiendo la teoría clásica, si dichas diversificaciones están relacionadas. En ese sentido, las diversificaciones de Google suelen tener que ver con su actividad principal: se trata de mejorar la experiencia web de sus usuarios, bien proporcionándoles más tiempo de uso, más usos como tales, más velocidad, etc. Algo que está presente en la mayoría de los casos, y que últimamente redunda en más tiempo en la red y más oportunidades para ver publicidad.
Pero además, Google tiene otra razón importante para diversificar: la necesidad de ofrecer a sus ingenieros, el activo que la compañía considera más importante, una experiencia personal motivadora. Esa es en último término la razón de la conocida regla del 80/20 (los ingenieros deben dedicar un 20% de su tiempo al desarrollo de proyectos de iniciativa personal que no tengan que ver con su dedicación principal), y el interés por dar desarrollo a una gran cantidad de los proyectos surgidos por esa vía: además de tener el potencial de convertirse en algo interesante y de poder permitirse los fallos derivados de aquellos que no lo hacen, permite que los ingenieros se enfrenten a nuevos retos y no caigan en una monotonía o rutina que resulta sumamente negativa cuando se asocia a ese tipo de perfiles. En cierto sentido, lo que un ingeniero busca es enfrentarse a un problema y proponer una solución eficiente: dados los medios a su alcance en una empresa como Google, resulta razonable que los problemas en cuestión vayan desde la generación eficiente de energía hasta la disminución de la siniestralidad en carretera, pasando por cualquier otra cosa incluyendo colaboración activa con ONGs o lo que se nos pueda pasar por la imaginación. A cambio, ingenieros más motivados, y un más que posible desarrollo de sinergias futuras. O cuando menos, oportunidades para ellas.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.