El lanzamiento de la nueva iniciativa de libros de texto por Apple el pasado jueves 19 merece un comentario y una pequeña recopilación de enlaces por el interés que tiene el que la que es sin duda una de las empresas más poderosas en este momento del mundo de la tecnología y una de las que más capacidad tiene para crear tendencias entre en un terreno tan extremadamente fortificado como el de los materiales educativos.
La jugada tiene tono “oficialista” al convertir en socios a las principales editoriales (a pesar de las dudas de algunas), y ha sido saludada por algunos como “el inicio de la learning revolution“, pero hace surgir una duda de base fundamental: ¿queremos realmente que los libros de texto pasen a estar dentro del jardín vallado de la marca de la manzana? Sobre esta pregunta podemos añadir cuestiones como el efecto sobre los precios de los libros o la conveniencia de anclarlos al que sigue siendo el tablet más caro del mercado (¿de dónde va a salir el dinero para esos dispositivos si la iniciativa se generaliza?), pero de lo que me caben pocas dudas es de que la iniciativa va a tener algún tipo de efecto.
¿Qué efectos? Soy un absoluto convencido de que es necesario un cambio importantísimo en la educación, a todos los niveles. Que no podemos seguir educando con materiales del siglo pasado a una generación de personas a quienes dichos materiales les resultan completamente anacrónicos, a la vez que despreciamos el importantísimo efecto de utilizar metodologías más eficientes en la transmisión del conocimiento. El efecto de sustituir libros en papel por libros electrónicos capaces de proveer cierto grado de interactividad, enlaces, niveles, etc. me parece netamente positivo – aunque haya escépticos que afirmen que van a suponer una distracción – pero no creo que eso deba quedarse ahí. Como profesional de la educación, creo que las metodologías deben servir para algo más que convertirse en vehículo del contenido: creo que deben llevar al alumno a convertirse en actor, en ganar en sus capacidades. Mi rechazo a utilizar herramientas como Blackboard o Moodle proviene de pensar que su uso únicamente enseña a los alumnos a utilizar una herramienta que no van a volverse a encontrar en ningún sitio salvo en una institución académica, mientras que si esas funciones las desarrollan con herramientas abiertas (blogs, repositorios de enlaces, etc.), pueden adquirir habilidades que sirvan a un propósito más amplio.
Mi opinión como profesional de más de veinte años en la enseñanza, por tanto, no es inicialmente positiva. Pienso que el cambio de libros en papel a libros en iPad es, sencillamente, poco ambicioso. De tecnología unidireccional a tecnología unidireccional. Podemos argumentar que el iPad permite un uso menos unidireccional gracias a otras aplicaciones o, simplemente, al hecho de ser un ordenador (limitado, pero ordenador al fin y al cabo) con un navegador. Pero me sigue pareciendo poco. Además, por supuesto, de la evidente prevención de poner algo como la educación a depender de una única compañía.
Wikipedia es una demostración evidente de la fuerza de la autoría colectiva en sistemas abiertos. Nada me parece más absurdo y ridículo que las prevenciones de determinados profesores hacia ella, y pienso que con el tiempo, lo que hoy llamamos libros de texto tendrán una apariencia similar a la que es, sin lugar a dudas, la mejor, más actualizada y más completa enciclopedia del mundo. El continuo descenso de las barreras de entrada a la creación de materiales antes sofisticados, como audiovisuales o infografías, llevará a que muchos profesores o profesionales vean oportunidades en la creación de materiales, y que los pongan en marcha a través de diversos canales. La propia plataforma de Apple tiene recursos para incorporar estos materiales, pero obviamente hay todo un mundo fuera de ella. Y mi impresión es que cuando esta necesaria transición del papel a la pantalla haya avanzado más, los “libros de texto”, por llamarlos de algún modo, que manejarán los estudiantes estarán en un sinnúmero de plataformas, muchas de ellas completamente abiertas.
¿Cuál es el verdadero valor que le doy a la iniciativa de Apple? El de servir como punto de partida a un movimiento que, sin duda, va a tener lugar. Apple no reinventa los libros de texto, pero empieza la conversación sobre ello. Estoy seguro de que esta iniciativa generará seguimiento en algunas instituciones: posiblemente privadas, con demográficos de poder adquisitivo medio-alto que puedan pagar un iPad para sus hijos, y que quieran obtener un plus de diferenciación en el mercado, y que se convertirán en punta de lanza de un movimiento al que el tiempo y el mercado se encargará de dotar de iniciativas. No veo un futuro en el que los libros de texto en manos de Apple conformen una amplia mayoría de los materiales usados en nuestras instituciones educativas, y francamente, tampoco lo deseo. Pero que empecemos a avanzar en esa dirección me parece sumamente positivo.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.