Mi columna de esta semana en Expansión se titula “SOPA con trampa” (ver en pdf), y alude a la paradoja que surge del hecho de que mientras en los Estados Unidos surge un encendido debate en torno a la conveniencia de establecer leyes que permitan la censura y el cierre de páginas sin tutela judicial efectiva, aquí en España baste una presión llevada a cabo con datos falsos para que el ministerio de turno apruebe a toda velocidad y sin rechistar lo más mínimo lo que le dicen desde los Estados Unidos que apruebe.
¿Por qué absurda razón decisiones que condicionan el desarrollo de un sector importantísimo de la economía como es internet se toman desde una secretaría de Estado encargada fundamentalmente de los temas relacionados con el entretenimiento? ¿Qué motivos existen para anteponer los intereses de la industria del entretenimiento a los intereses de una red que se está constituyendo, en todos los sentidos, como el tejido que da soporte a la actividad económica del futuro? ¿Es, como dicen en los Estados Unidos, “un enfrentamiento entre la generación que creció en la web frente a la generación que todavía no la usa”?
Desgraciadamente, parece que a un presidente que no usa ordenador y a un ministro que confiesa saber muy poco del tema resulta enormemente fácil colarles las mismas mentiras que ya no cuelan en los Estados Unidos.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.