Rosa Jiménez Cano, de El País, me llamó para pedirme un artículo de opinión corto sobre el caso Megaupload, que titulé como “Defendiendo… ¿a quién?“, intentado rebuscar un poco en las causas por las que la operación del FBI tiene lugar precisamente en un día como hoy, y lo que supone tener una administración norteamericana que se convierte en el brazo armado de un conjunto de empresas de la industria del entretenimiento y que además, parece ser que se arroga la jurisdicción universal.
Una cita:
(Enlace a la entrada original - Licencia)¿Se va a vender más música o va a ir más la gente al cine porque se haya cerrado Megaupload? ¿Igual que cuando se cerró Napster en el año 2000, o tal vez más? ¿Cuántas pruebas son precisas para entender eso de las puertas y el campo, y que una red diseñada para resistir una guerra nuclear no puede bloquearse eliminando uno de sus nodos? ¿Se defiende a unos creadores que, en su mayoría, ya van sabiendo que ganan más cuando sus obras son primeras en los rankings de descargas, hasta el punto de que muchas veces son ellos mismos los que las suben ahí? ¿Se protege al ciudadano? ¿Se defiende la innovación? En realidad, esto solo defiende los intereses de quienes intentan controlar la red, sea para que sirva como canal de distribución para sus productos, o para controlar a quienes la utilizamos.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.