13 noviembre 2012

El ¿papel? de los ¿periódicos? en la red

Los periódicos continúan su batalla contra la red. Según sus desfasados directivos, la batalla es contra “el malvado Google que se aprovecha de sus contenidos sin pagarles”, pero en la práctica, la batalla es contra toda la red y su sistema de indexación, contra un sistema de determinación de la relevancia que los deja en un muy mal lugar con respecto al escenario que existía antes de que la red funcionase como tal. La batalla, en realidad, es contra la llamada economía de la atención, y contra todos los que “osamos” vincular a un contenido.

De lo que los periódicos – y los políticos que pretenden defenderlos – no se dan cuenta es que, en realidad, Google en esa batalla no se está defendiendo solo a sí mismo: está defendiendo a todos los que creamos contenidos y vinculamos a los de terceros. Hoy los periódicos pretenden pedir dinero a Google por vincular sus contenidos: mañana pretenderán pedir dinero por el mismo concepto a todos los que tenemos una página web. Su idea de “los contenidos somos nosotros” resulta cada vez más desfasada en la economía digital.

Pongamos las cosas en su sitio: Google tiene un producto llamado Google News. El producto, como tal, no tiene publicidad, y no genera ningún beneficio económico para Google. Repetimos y ponemos en mayúsculas y negrita para los desinformados: GOOGLE NEWS NO TIENEN PUBLICIDAD.  Es simplemente un servicio a los usuarios, que pueden ver en una sola página las noticias que el algoritmo de Google News considera relevantes, agrupadas por temática, reproduciendo únicamente un pequeño fragmento o snippet de las mismas, y vínculos a los periódicos que las ofrecen. Google News es un generador enorme de tráfico para los periódicos: todos los días, miles de personas hacen clic en un titular que han visto en Google News y se van a leerlo al medio correspondiente, en el que pueden ver y hacer clic sobre su publicidad, generándole así ingresos. Google no obtiene ningún ingreso derivado de ello.

En segundo lugar: participar en Google News es completamente voluntario. Si quieres salirte del sistema, no tienes más que decírselo a Google. Así de sencillo. Eso sí, perderás el tráfico que Google News genera, esos miles de visitas con las que Google paga su derecho a indexar y ofrecer tus contenidos. Obviamente, Google también perderá: si muchos periódicos se autoexcluyen del sistema, los usuarios encontrarán que Google News no es un buen sitio para leer noticias, y preferirán otros medios, como por ejemplo los agregadores RSS. Si los medios no han atacado todavía a los agregadores RSS que permiten leer sus noticias sin ver publicidad es, simplemente, porque su nivel de uso no es mayoritario y porque no saben lo que son. Si queremos ver qué ocurre cuando los periódicos deciden “presionar” a Google retirándole el derecho a indexar sus contenidos, no tenemos más que ver el experimento de Brasil: los resultados son desastrosos para los periódicos, malos también para Google, y desafortunados para los usuarios en general. ¿Quién pierde más? Yo lo tengo muy claro: pierde más el que más depende de ello. Además, los únicos que se benefician son actores oportunistas: páginas que reproducen las noticias de los periódicos excluídos, que pasan a recibir el tráfico que correspondía a estos, y contra las que resulta tan difícil luchar como contra una selva intrincada poblada por cien mil vietnamitas.

Tercero: la decisión de los periódicos no es luchar por un mejor tratamiento en el algoritmo automatizado de Google News (comola propia Google dice en el pie de página del servicio, “The selection and placement of stories on this page were determined automatically by a computer program” o “no humans have been harmed in creating this page”), lo que podría ser incluso razonable. Los periódicos podrían dedicarse a pedir a Google que aprendiese a eliminar o degradar a los que copian noticias, a los que las reproducen de otros medios, a explicar a Google News que priorizar solo por frescura no es siempre la mejor opción, etc. Google sabe muchísimo de algoritmos, y seguro que estaría encantada de trabajar con los periódicos para obtener un servicio que los usuarios encontrasen todavía más útil. Pero no. La decisión de los periódicos es enviar a Google una factura por usar sus contenidos – que Google, lógicamente, devuelve sin romperla ni mancharla, y por encima de todo, pedir la protección de los gobiernos. ¿Por qué piden tan alegremente los periódicos la protección de los gobiernos? Porque todos los gobiernos del mundo están locos por llevarse bien con los medios, para que así les saquen mucho más guapos. Y así pretenden ganar la batalla: negociando con su objetividad. Hoy tú me defiendes de la malvada Google, mañana ya te tapo yo este escándalo o te encubro esta mala encuesta de apoyo popular. Hay un refrán norteamericano de difícil atribución que dice Never argue with someone who buys ink by the barrel, o “nunca discutas con un hombre que compra la tinta por barriles”… esa es la esperanza de los periódicos: que los gobiernos les den la razón por su presuntamente elevada influencia en la opinión pública. Pues bien… la tinta, en los tiempos que vivimos, ya no se compra por barriles. Es electrónica, está hecha de bits, y ya no es un recurso escaso.

La verdad es solo una, entera, verdadera y en letras grandes:

If the government needs to “step in” to help your business model, maybe you shouldn’t be in business.”

(“Si el gobierno tiene que entrar a proteger tu modelo de negocio, seguramente no deberías estar en el negocio”)

Visto en Techdirt, procedente del Twitter de Botaday

 

Cada día más, la gran pregunta es si Google necesita realmente el contenido de los periódicos, o si puede darse la vuelta y decirles “adiós, muy buenas, que para quien no quiere, tengo yo mucho”. El papel de los periódicos es complejo, porque con escasas excepciones siguen pensando en términos de un “papel” hecho de pasta de celulosa que fue la manera mejor y más económica de difundir información hasta el siglo pasado, y porque la idea de “periódico”, que representa una periodicidad, no parece muy recomendable cuando ya todos queremos consumirlo todo en tiempo real. El problema de los periódicos viene de querer seguir viviendo de dificultar o impedir el acceso a su información mediante paywalls que los condenan a morir de irrelevancia, o de no saber hacer publicidad sin martirizar a los que pretendemos leer las noticias. El problema de los periódicos es seguir despreciando una web en la que, por lo general, se mueven como auténticos pulpos en un garaje. Sin duda, es un problema muy complejo, que requiere de muchos elementos para simplemente pensar en aproximarse a resolverlo, elementos en los que yo, quizá influenciado porque “como tengo un martillo, todo lo que se mueve es un clavo”, veo fundamentalmente formación (además, por supuesto, de muchas otras cosas que vienen después de ésta).

Pero lo que sí tengo claro es que el problema de los periódicos no se llama Google. Puede que ganen la batalla: políticos desfasados, ignorantes o directamente corruptos los hay en todas partes, hasta el punto que cada día más, estar desfasado, ser un ignorante o ser directamente corrupto es algo cada día más inherente a la condición de político. Si ganan, puede que Google sea condenado a pagar, y hasta puede que lo haga, en lo que supondría un problema para aquellos que jamás pagaremos por enlazar a ningún sitio. Pues aún así, estoy absolutamente convencido de que ni eso salvará a los periódicos si estos no cambian y aprenden a entender la red.

No, el problema de los periódicos no es Google. El problema de los periódicos son ellos mismos.



(Enlace a la entrada original - Licencia)

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