03 noviembre 2012

La verdadera razón del juicio Apple vs. Samsung

Con las cifras de ventas de smartphones en el tercer trimestre del año en la mano, Samsung vendió más del doble de terminales que Apple, 56.3 frente a 26.9 millones. Que sí, que el iPhone 5 salió justo al final de ese trimestre, que solo hay unos pocos días de venta de ese terminal incluidas en la muestra (más de las que parece, en realidad, porque en ambos casos hablamos de ventas al canal, que tienen lugar antes) y lo que sea, pero la compañía surcoreana ha estado destrozando sistemáticamente a Apple en esa métrica durante la totalidad del pasado año. En el segmento smartphone, y desde hace ya un tiempo, vivimos en un mundo Samsung.

Así, mientras los tribunales norteamericanos se dedican a multar a la compañía surcoreana, todo indica que la lealtad de algunos usuarios de iPhone está empezando a resquebrajarse: sigue siendo enormemente alta, un 88% de sus usuarios afirman que comprarán otro iPhone para sustituir al que tienen, pero ha descendido desde su histórico 93% del año pasado.

Sin embargo, lo más duro sigue siendo la comparación especificación por especificación: el Samsung S III, que salió al mercado en mayo de 2012, no sufre prácticamente nada al evaluarlo frente al iPhone 5, que lo hizo en septiembre. El milímetro menos de grosor y los veinte gramos que el iPhone 5 mejora sobre un terminal que ya de por sí se percibe como muy fino y ligero como el S III se ven compitiendo contra prestaciones como una pantalla sensiblemente más grande, la posibilidad de utilizar cualquier cargador estándar micro-USB, o la para muchos fundamental ventaja de poder abrir el terminal y cambiarle la batería cuando ésta se agota. Con ambos terminales en la mano, me cuesta decir que prefiero el iPhone: la forma del S III se me hace, de hecho, más agradable. Incluso la elección del plástico del fondo, material teóricamente “menos noble”, me parece ventajosa en ese contexto frente al metal del terminal de Apple. No, el Samsung S III no es para nada “un terminal barato que copia al iPhone”. Es, decididamente, otra cosa. Uso muchos productos de Apple y me gustan mucho. Pero en el bolsillo, llevo un S III.

Así están las cosas. Si hablamos del terminal bandera o estrella de cada marca, la cosa no está en absoluto clara, y la impresión que el mercado empieza a tener es que Apple se está, en realidad, defendiendo mediante el escudo de las patentes de una Samsung que, en muchos sentidos, se puede plantear que la ha adelantado. La razón por la que Apple lleva a los tribunales a Samsung no es tanto el uso de una serie de patentes como el fenomenal comportamiento de la marca surcoreana en el mercado. Cuando el iPhone fue presentado por primera vez en junio de 2007, marcó un hito: todos los terminales desde entonces empezaron a querer parecerse a él. Pero cinco años después, no está nada claro quien ostenta hoy la supremacía tecnológica, y lo que sí está más que claro es quien gobierna en cuanto a ventas.



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