06 julio 2013

La economía del turco mecánico

Amazon Mechanical TurkEncontré este estudio sobre el Amazon Mechanical Turk en Priceonomics titulado Who makes below minimum wage in the Mechanical Turk sweatshop? referenciado en Boing Boing,  y la verdad es que me llamó bastante la atención.

El Mechanical Turk es una plataforma de mercado digital lanzada en noviembre de 2005 y definida dentro de los Web Services de Amazon, que sirve para trabajos simples y de bajo precio unitario que requieren un cierto nivel de inteligencia o capacidad de discernimiento humanas, que una máquina no puede hacer o que sería muy caro o complicado programar, y que son por tanto ofrecidos a personas. Lo habitual es encontrar operaciones – llamadas HITs, o Human Intelligence Tasks – muy sencillas, como categorizar fotos en una base de datos, etiquetar caras, copiar manualmente precios y productos de facturas, resolver captchas, escribir transcripciones literales, etc. que suelen llevar menos de un minuto, son repetitivos, mecánicos, se pagan en torno a pocos céntimos por unidad, y que habitualmente permiten que cualquier persona del mundo con una conexión a la red pueda obtener salarios que generalmente están entre el dólar y los cinco dólares por hora, por debajo del salario mínimo de la mayoría de los países occidentales. Aunque los trabajadores ecogen libremente los trabajos, pueden llevarlos a cabo en las condiciones que estimen oportunas, y el sueldo obtenido puede incluso llegar a ser atractivo en algunos entornos, muchos definen el Mechanical Turk de Amazon, cuyo nombre proviene de un falso autómata diseñado por Wolfgang von Kempelen en 1769, como un auténtico taller digital de trabajo esclavo que practica la explotación: el trabajo se factura como contratado laboral autónomo independiente, y deja a Amazon un 10% de comisión.

Curiosamente, sin embargo, alrededor de la mitad de las personas que realizan trabajos en el Mechanical Turk de Amazon son norteamericanos jóvenes, con educación media, y pertenecientes a familias que ingresan entre los $25,000 y los $60,000 anuales. Alrededor de un 10% de ellos consideran al Mechanical Turk como su principal fuente de ingresos, están desempleados o subempleados, y pasan más de veinte horas a la semana haciendo ese tipo de tareas. El resto gana menos de veinte dólares a la semana, trabaja un par de horas al día, y lo hace por obtener algo de dinero extra o por aprovechar tiempo de inactividad, aunque posiblemente podrían tener otras opciones. Un tipo de trabajo que muchos considerarían candidato ideal para el outsourcing a países con bajos costes laborales unitarios, y que sin embargo se queda en casi la mitad de los casos en los Estados Unidos, donde tiene una consideración con arreglo a las leyes de protección laboral que podríamos calificar como mínimo de “difusa” o “cuestionable”.

La evolución del Mechanical Turk parece señalar un componente cada vez más importante de trabajadores de otras partes del mundo, definiendo un mercado de subcontratación centrado en ese tipo de tareas sencillas y repetitivas. Pero ¿qué lleva a los norteamericanos a pasarse horas delante de una pantalla haciendo trabajos prácticamente mecánicos? Sencillamente, la ausencia de fricción: llegas, te inscribes sin ningún problema, escoges tareas, y te pones con ellas en la dosis que estimes oportuno, con la posibilidad de parar o de cambiar de tarea en cualquier momento. Sin salir de casa, sin hablar con nadie, sin firmar nada.

Tradicionalmente, tendemos a pensar en las máquinas para llevar a cabo trabajos que resultaría demasiado caro poner a desarrollar a un humano. El turco mecánico plantea casi un escenario inverso: que los humanos hagan trabajos que resultaría demasiado caro o imposible mecanizar. ¿Representa el turco mecánico una excepción puntual que será progresivamente regulada y condicionada a la legislación laboral pertinente (con la dificultad que conlleva intentar aplicar dicho entorno legal a algo que puede desarrollarse desde cualquier lugar del mundo), o tendrá una importancia creciente en la economía del futuro? Resulta difícil saberlo.



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