26 junio 2010

Entendiendo la búsqueda social

Se está especulando en muchos artículos con las comparaciones entre Google y Facebook, o con las posibilidades de Facebook de convertirse en una amenaza para el negocio fundamental de Google, la búsqueda.

La idea en sí resulta bastante provocativa: un motor de búsqueda alimentado por “Likes” en lugar de por enlaces, y en el que la potencia o cualificación de cada conexión se ve modificada en función de la composición de la red del usuario. Por un lado, una “moneda” mejor cualificada desde el punto de vista de la intención, dado que no es lo mismo un enlace (que puede indicar una opinión buena, mala o neutra sobre el contenido enlazado), que un “Like” de connotación inequívocamente positiva. Por otro, un motor que entrega diferentes resultados a cada usuario en función de las especificidades de la composición de su red social, de las opiniones o preferencias de los amigos que le rodean (y que, en cierta medida, las condicionan a modo de entorno).

Pero la pregunta relevante, desde mi punto de vista, es qué es lo que realmente le pedimos a la búsqueda. ¿Para qué búsquedas usamos Facebook? A la hora de obtener información de un producto o servicio, por ejemplo, Facebook empieza a probar un valor muy interesante: obtienes no solo la información filtrada por tus contactos o por las opiniones genuinas de los usuarios, sino que te encuentras además con marcas – pocas, todavía – que entienden el canal: mientras en una página web se ofrece información la mayor parte del tiempo estática y unidireccional, muchas veces una especie de “folleto electrónico con movimiento”, en Facebook, el resultado suele ser completamente diferente. Para empezar, estéticamente, donde la cosa realmente no da mucho de sí. Pero sobre todo, en términos de interacción: si una marca usa su página en Facebook para simplemente poner información estática, no tiene demasiado que ofrecer, y su página no tendrá seguramente demasiados seguidores. Lo que Facebook arrastra son dos cosas: un modelo de interacción natural construido en la propia plataforma, y una percepción de mayor nivel de control: quien comenta es generalmente quien dice ser, y su capacidad para convertirse en troll y dificultar la conversación está severamente limitada – como también lógicamente se limita la capacidad de la marca para “moderar ad infinitum” o en exceso y convertirse en censuradores de toda participación.

Ese modelo de interacción va a cambiar, está cambiando enormemente la forma en la que las empresas se relacionan con los clientes. Y eso lleva a la generación de unos contenidos sociales, que los usuarios generan “en colaboración” con las marcas, y que se convierten en una referencia muy interesante cuando buscamos precisamente información sobre ellas. Para comprar o informarse sobre un producto o servicio, Facebook podría perfectamente acabar siendo un digno sustituto de la mismísima Google.

Las empresas que no sepan gestionar ese contenido tendrán seguramente problemas, les faltará posicionamiento, visibilidad, como hoy le falta a aquellas empresas que no consiguen posicionar en el ominipresente buscador que en España agrupa al 97% de las consultas. ¿Cómo de importante va a ser esto? Sin duda, MUY importante. Sin duda para Google y para Facebook, que efectivamente competirán para ofrecer servicios en ese sentido… pero también para todos los que quieren ofrecer información en la web.

(Enlace a la entrada original - Licencia)

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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.

Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.