Un nuevo y alucinógeno “estudio” encargado por la Coalición de Neoluditas cifra las “pérdidas” por la “piratería” en diez mil millones de euros debido a las “descargas” “ilegales”: la hiperabundancia de comillas no es mía, sino de la mayoría de los “periodistas” a los que, misteriosamente, no se les cae la cara de vergüenza reportando semejante estupidez.
Y es que la noticia es como para poner los pelos de punta: primero, por quién encarga el “riguroso” informe. Segundo, por quién lo cuenta, nada menos que “el conseguidor mayor del Reino”, el paladín de esa Coalición a la que, de pura vergüenza torera, le dimiten los directivos. Y tercero, por la gigantesca falacia que supone decir que de algún sitio han “desaparecido” nada menos que “diez mil millones de euros”: a ver, díganme, por favor… ¿dónde están? ¿En el “bolsillo” de “quién” o “quiénes”? ¿Quién se los ha “llevado”? ¡Que detengan inmediatamente a todo aquel que lleve en su bolsillo cualquier porción de esos “diez mil millones de euros”, por favor! ¡Es que estoy dispuesto a ir yo mismo a “detenerlo” y a “encarcelarlo” con el mismo “rigor” que muestra el “estudio” en cuestión! Por cierto, si tanto dinero se gana en ese “negocio”… ¿por qué no palían sus terribles “pérdidas” dedicándose a él? ¿No sería mejor reinventar las discográficas y dedicarse a la distribución digital? ¡Ah, no, que eso de “reinventarse” no está en su diccionario, para eso hay que trabajar, y eso es algo muy ordinario, se suda mucho…
A ver: ¿quieren que les cuente dónde están esos “diez mil millones de euros”? Pues mire usted, NO EXISTEN. Nunca existieron. Son “supuestos”, “presuntos”… son los millones de euros que la industria “HABRÍA” ingresado (así, en condicional), en el supuesto caso de que no hubiésemos vivido en los últimos quince años un fuerte cambio tecnológico. Son perfectamente comparables con las cuantiosas pérdidas fiscales en concepto de IVA e impuesto de sociedades que producen las personas que deciden cortarse el pelo en su casa en lugar de ir a un peluquero. ¡¡¡Dios mío, a quién se le ocurre!!! ¡Malditos “piratas” capilares! ¿Dónde están los peluqueros reclamando su pecunio? ¿Y las inmensas cantidades de dinero que se ha dejado de ganar porque usted, pudiendo salir a comer fuera a un restaurante que pagaría sus buenos impuestos, se queda a comer en su casa? ¡Malditos “piratas” culinarios! Por no hablar, por supuesto, de la barbaridad que supone para los tratantes de ganado que usted adquiera un automóvil, en lugar de varios equinos para transportarle de un sitio para otro… ¡malditos “piratas” del transporte! No, todas esas “pérdidas”, todos esos “piratas”, todas esas “ilegalidades” simplemente NO EXISTEN. Están jugando con dinero del Monopoly, con cuantificaciones desmesuradas de lucros cesantes, con equivalencias falaces de “una descarga es igual a una venta perdida”. Si dejamos seguir hablando a Olcese en su dinámica de relacionar las “supuestas pérdidas” con la crisis económica y el recorte de sueldo a los funcionarios (hace falta mucho, pero mucho valor para decir eso), nos soluciona el déficit de nuestro país en diez minutos: con inventarse un capítulo de “supuestas ganancias”, tapa el agujero en un santiamén. No sé qué opinará Europa de todo esto…
Cuantificar un “supuesto lucro cesante” y llegar hasta el punto de traducirlo a “supuestos impuestos” y “supuestas “pérdidas” cuantiosísimas para el Estado es, simplemente, una ESTUPIDEZ. Otro estudio a medida de los intereses de la “industria de contenidos”. Una estupidez que solo un estúpido se atrevería a llevar ante los medios. Hablar de “sangría económica” es tan patéticamente absurdo, que nos lleva a plantearnos cuánta sangría, pero de la de verdad, no de la “supuesta”, habrán tenido que meterse entre pecho y espalda en la tal Coalición para poder salir ante los medios con estas “cifras” aparentando un mínimo de “seriedad” (¡y dale con las comillas! :-)
Los periódicos hierven hoy en comillas tipográficas, porque hace falta tener mucho valor para dar semejante “noticia” sin entrecomillar muchas de sus palabras. Nos hablan de “pérdidas”, de “descargas”, de “piratería”, y hasta de “ilegalidades”, cuando ni un solo juez en todo lo largo y ancho del territorio español ha declarado en ningún caso que exista semejante “ilegalidad”. Ilegal debería ser plantarse ante los medios para soltar estupideces y falsedades, para intoxicar con datos falsos y “presionar” (con comillas) y prevaricar (sin ellas) con políticos para poder mantener el pesebre en base a mentiras. En realidad, las comillas son nuestro triunfo: el triunfo de una sociedad que ya no se cree semejantes estupideces y mentiras, y que se ríe en la cara de los medios que escupen tamañas tonterías. Eso sí, “entrecomilladas”, por si acaso. En adelante, toda la basura que pretendan “comunicar” tan siniestros personajes, pónganla, por favor, “entre comillas”.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.