02 mayo 2011

Bin Laden y la velocidad de las noticias

Osama bin Laden fue abatido a la una de la madrugada del día dos de mayo en Abbottabad (Pakistán), las diez de la noche del día uno de mayo en Madrid. El momento exacto de la operación, cuando los helicópteros sobrevuelan el escenario y cuando se produce la primera explosión están recogidos en Twitter por Sohaib Athar, un consultor de software pakistaní, aunque ni él mismo supo realmente lo que había reportado hasta unas seis horas después.

El anuncio oficial por parte del Presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, fue en forma de discurso televisado a la nación unas seis horas después de la operación, a las 22:30 del 1 de mayo, hora de la costa Este norteamericana, las 4:30 de la madrugada del día 2 en España. La noticia se había filtrado cinco minutos antes, de nuevo en Twitter, por Keith Urbahn, Jefe de Gabinete del anterior Secretario de Estado de Defensa, Donald Rumsfeld. Y la Wikipedia fue actualizada con el dato de la muerte de bin Laden exactamente siete minutos más tarde, a las 02:37 UTC, las 04:37 de la madrugada hora de España. Diez minutos más tarde, se modificó también en la edición española.

A esa velocidad, no hay mucho tiempo para comprobar nada. Las ediciones online de varios periódicos ilustraron la noticia con una foto falsa construida mediante Photoshop, que había sido utilizada ya en abril de 2009, y que fue difundida erróneamente por una agencia de noticias. O se producían errores tipográficos dignos de la antología del disparate. Es con este tipo de noticias de trascendencia global cuando uno puede realmente apreciar la velocidad del mundo actual: una operación militar tiene lugar en Pakistán en plena madrugada, y es comentada en tiempo real, mientras sucede, por un usuario de Twitter que estaba allí. La noticia que la operación produce es filtrada a Twitter unas seis horas después, minutos antes del anuncio oficial. Siete minutos más tarde, ya figura en la enciclopedia.

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