LinkedIn pone finalmente fecha al anuncio de salida a bolsa que lanzó el pasado enero: será el 19 de mayo, con una valoración inicial de tres mil trescientos millones de dólares, y apuntando a captar en torno a los 274 millones de dólares. Una medida interesante surge de la evolución de las métricas en estos cinco meses: los planes iniciales en enero eran sensiblemente más conservadores, pues apuntaban a los 175 millones sobre una valoración total estimada de dos mil quinientos, hecha en base a las estimaciones del valor de la acción en el mercado secundario.
Vamos con la evaluación del tema, sobre unos números que llevo ya bastante tiempo discutiendo en clase con mis alumnos: en primer lugar, conviene poner las cosas en su sitio. LinkedIn no es para nada un recién llegado. Es una empresa que lleva funcionando más de nueve años, con más de ciento dos millones de usuarios en marzo de 2011, sesenta y cinco millones de visitantes únicos y cinco mil quinientas páginas vistas (medias de octubre, noviembre y diciembre de 2010) y casi mil empleados, que se las arregló para superar todo el bache de actividad resultante de la época de la burbuja, y que ha crecido de manera saludable desde entonces.
Es una empresa rentable desde el año pasado, con una fuerte política de reinversión del beneficio para financiar su crecimiento. El año pasado facturó 243.1 millones de dólares, con una composición muy razonable: durante el año 2010, un 41% de sus ingresos vino de empresas que ofrecen puestos de trabajo, un 32% de suscripciones premium, y un 32% de publicidad. Las tres fuentes de ingresos sostienen crecimientos elevados, y generaron un beneficio neto de 15.4 millones el pasado año 2010 y de 2.1 millones el primer trimestre de 2011. Tiene más de doscientos millones de dólares en activos totales, y más de noventa millones en caja.
Como podemos ver, cualquier parecido con una burbuja es mera coincidencia. Una empresa seria, que ha hecho bien las cosas a pesar de haber pasado por una verdadera travesía del desierto, que ha mantenido una estrategia de crecimiento coherente y sin adquisiciones que mermasen la calidad de su red, y que supone una propuesta de valor sólida para sus tres tipos de clientes: empresas, usuarios finales y anunciantes. LinkedIn es a la vez una herramienta de marketing personal, un job-site con un perfil de cliente elevado, y un canal de publicidad privilegiado para el mercado de las transacciones a empresas, muy importante en volumen y notablemente desatendido por otras redes sociales mucho más centradas en el consumidor final. De acuerdo, los números, el tamaño y las expectativas de LinkedIn no son las de Facebook, pero su nivel de riesgo tampoco: un multiplicador de trece veces ventas frente al de más de treinta que se apunta probable para la red creada por Mark Zuckerberg. Me parece una empresa muy, muy interesante, muy alejada del tópico de los negocios de elevado riesgo y expectativas hinchadas. Que puede sufrir competencia de startups como Branchout que se apalancan en el fenómeno Facebook, pero que precisamente por esa circunstancia tienen modelos de ingresos mucho más complejos y tercerizados. Después de todo, LinkedIn lleva una trayectoria muy larga de lidiar con competidores, y de hacerlo de manera coherente y exitosa: que haya competidores indica precisamente que el negocio es interesante.
La empresa parece adelantar su salida para evitar verse metida en la vorágine de empresas tecnológicas y redes sociales que saldrán a bolsa en torno a la segunda mitad del año. En cosa de nueve días, veremos la recepción que le da el mercado.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.