Un grupo de trabajo del consorcio W3C ha comenzado la especificación de dos estándares para permitir que los usuarios puedan tener la opción de no ser objeto de tracking en los sitios que visitan en la red. Hablamos del desarrollo y normalización de ‘Do Not Track‘, una idea que comenzó a fraguarse en la Universidad de Stanford, que está siendo estudiada por el Congreso de los Estados Unidos y por la Federal Trade Commission (FTC), y que ha sido impulsada por desarrollos realizados en versiones recientes de navegadores como Firefox, Safari o Explorer para aceptar el establecimiento de dicha preferencia por los usuarios.
Puedes ver si tu navegador soporta ‘Do Not Track’ y si lo tienes activado en esta página, en la columna de la derecha, bajo el epígrafe “For users”. La idea es permitir que un usuario pueda, mediante una opción fácilmente accesible en su navegador, establecer su preferencia de no ser objeto de seguimiento a lo largo de su navegación, fundamentalmente de cara al uso del llamado behavioral targeting o publicidad comportamental: esa que te ofrece anuncios relacionados en un sitio en función de comportamientos desarrollados en otro diferente, como cuando te pasas una larga temporada siendo recibido con ofertas de hoteles en una ciudad determinada solo porque hiciste una búsqueda relacionada en un sitio de reservas (y en muchos casos después de haber reservado ya). Para las páginas web supone una posibilidad de revender una información obtenida en función de la actividad de los usuarios en su sitio. Para las marcas, la capacidad de contratar publicidad con agencias que manejan múltiples sitios para gestionar campañas de un modo integrado. Un tipo de publicidad que puede elevar la eficiencia de las campañas al incidir con productos o servicios a clientes que ya han expresado una preferencia o interés por éstos, pero que resulta a la vez potencialmente intrusiva. Mientras fuera de la red puedes tomar hasta cierto punto la decisión de no ser objeto de determinados tipos de marketing mediante el recurso a listas Robinson o Do-not-call que han contado con un fuerte interés de los usuarios (el National Do-Not-Call Registry de los Estados Unidos incluye ya más de 150 millones de teléfonos fijos y unos 285 millones de teléfonos móviles, lo que supone, sobre 309 millones de personas, el 91% de la población), el mundo online no nos daba una posibilidad de manejar estas preferencias de una manera razonablemente cómoda y eficiente.
El desarrollo normativo de dos estándares, Tracking Preference Expression (de qué manera el navegador comunica a una página web que el usuario exige privacidad) y Tracking Compliance and Scope Specification (cómo las páginas web respetan y cumplen esa preferencia establecida) podría reunir las iniciativas dispersas desarrolladas al respecto por distintos protagonistas, y convertirse en un elemento central a la hora de cambiar las reglas para adaptarlas a las preferencias expresadas por los usuarios. Un tema sobre el que, tanto desde la perspectiva de usuario como desde la de marketer, te conviene tener información.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.