Blanca Salvatierra, de Público, me envió un par de preguntas por correo electrónico acerca de la evolución del mercado de las tablets en relación con los lectores de tinta electrónica, y hoy lo publica en un artículo a doble página bajo el título “Las tabletas desbancan también a la tinta electrónica” (ver en pdf).
A continuación, el intercambio completo de preguntas y respuestas que mantuve con Blanca:
(Enlace a la entrada original - Licencia)P. ¿Crees que estos lanzamientos pueden convertirse en los verdaderos competidores del iPad?
R. Tras el redescubrimiento o la reinvención de un concepto por una compañía (y las “grandes” reinvenciones recientes, como el reproductor MP3, el teléfono móvil o los tablet han tenido como protagonista a Apple), lo normal es que aparezcan otras intentando capitalizar el mercado abierto por la misma. Examinando las experiencias previas en ese sentido, vemos que son variopintas: mientras en los reproductores MP3, el iPod se ha llevado el mercado completamente de calle y no ha vuelto a aparecer un competidor minimamente significativo que lo eclipsase, en la telefonía móvil puede verse como el iPhone redefinió claramente el estándar en factor forma, pero no ha sido capaz de resistir el impacto de la llegada de Android, que merced a su política de licencia abierta y desarrollo multifabricante, lo supera ya muy claramente.
En el mundo tablet nos encontramos todavía en una fase muy temprana como para aventurar su posible evolución, pero todo parece indicar que podría parecerse más al primer caso que al segundo: una reinvención muy radical de un concepto de desarrollo escaso (el tablet era un desarrollo prácticamente muerto hasta que llegó Apple), una irrupción brutal en el mercado con millones de unidades vendidas en muy poco tiempo y cuotas de mercado por encima del 95%, y un cierta sensación de que los otros tablets “no son lo mismo”, aunque se parezcan en el factor forma. Planteamientos como una oferta de contenidos específica o un precio más barato podrían llegar a erosionar en alguna medida el dominio de Apple, pero seguramente queda todavía una fase prolongada de “marea que eleva todos los barcos”: la llegada de otros competidores en segmentos de precio más bajos representará una entrada de nuevos clientes que harán crecer el mercado.
P. ¿Crees que estos lanzamientos implican de alguna forma que los dispositivos de tinta electrónica pasan a un segundo plano, que hasta las propias librerías ya apuestan por el LCD también para la lectura?
R. Las ventajas de la tinta electrónica eran el bajo consumo (consume electricidad solo cuando se redibuja la pantalla) y la ausencia de fatiga ocular. Frente a esto, las pantallas LCD han planteado un progreso tecnológico notable, que ha llevado a resoluciones cada vez mejores (una parte del cansancio se debe al permanente intento de nuestros ojos por individualizar la resolución de los puntos de una imagen) y a duraciones de batería más prolongadas. Contrariamente a lo que plantea un lector de tinta electrónica, que únicamente necesitas recargar una vez cada varias semanas, los dispositivos LCD requieren típicamente una recarga diaria que el usuario generalmente se acostumbra a hacer durante la noche. Pero al contrario que lo que ocurre con los teléfonos, el usuario ya no suele encontrarse con que la batería se convierte en un factor limitante del uso durante el día, lo que ha reducido el impacto previsto.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.