He dedicado ya muchas entradas a los cambios que la tecnología está introduciendo en la educación, a cómo los países están logrando, mediante las campañas adecuadas, introducir el estudio de la tecnología como ciencia en diversos niveles de la educación de los niños.
La primera iniciativa de verdad llamativa fue la incorporación de las Ciencias de la Computación al bachillerato inglés al mismo nivel que la Física, la Química o la Biología, un evento en el que tuvieron muchísimo que ver las iniciativas de la Raspberry Pi Foundation, que supusieron un enorme descenso de las barreras de entrada a la equipación de aulas y alumnos.
Ahora, los Estados Unidos se suman a la tendencia: desde diciembre del pasado año, más de veinte mil profesores de la llamada K-12 (el conjunto de educación primaria y secundaria) se han formado y han introducido la programación en sus clases, y no como actividad extra-escolar o como electivos, sino al mismo nivel que las matemáticas o las ciencias. Aprender tecnología no es aprender a usar unas cuantas herramientas: es otra cosa, mucho más relacionada con dotarse de una lógica y una comprensión determinada. Es aprender a pensar.
El desarrollo, unido a actividades en las escuelas para integrar a los padres y a un importante esfuerzo divulgativo a través de iniciativas como Code.org, no pretende simplemente crear programadores para un floreciente mercado de trabajo, sino conseguir que una generación de personas que van a convivir en su vida con toda una gama de objetos programables entiendan la lógica que los hace funcionar. La recepción por pate de los padres está siendo muy interesante: finalmente, empiezan a asociar el tiempo que sus hijos pasan delante de una pantalla no solo con una necesidad de socialización o incluso, para algunos, con una “pérdida de tiempo”, sino con el desarrollo de una actividad formativa con un efecto sobre su educación.
¿Qué hay que hacer para crear en un país una inquietud que permita el adecuado desarrollo de este tipo de iniciativas? Por el momento, los casos del Reino Unido y de los Estados Unidos parecen cortados por un mismo patrón: el desarrollo conjunto de actividades de concienciación por parte de determinados actores, unido a esfuerzos divulgativos de algunos medios. Conseguir que, por un lado, se hable del tema y se clarifique lo que este tipo de iniciativas pretende y lo que no pretende. Y por otro, crear la infraestructura adecuada para que se puedan llevar a cabo, no solo de equipamiento, sino también trabajando con iniciativas de educación de los profesores y de los padres.
Programar es una actividad que refuerza las bases de la lógica y del pensamiento deductivo, y que puede tener una contribución muy importante en la educación de las personas. O incluso, como algunos empiezan a especular, en la competitividad futura de los países.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.