Rebeca Augusto, de La 2 Noticias, se pasó por el despacho para hacerme unas preguntitas sobre redes sociales profesionales, el vídeo está disponible en YouTube (gracias, Pedro :-) El corte utilizado, en el que hablo de cómo algunos bufetes de abogados estadounidenses emitían advertencias a los estudiantes de Derecho recomendándoles alejarse de las redes sociales si no querían que la información disponible les perjudicase en su futura búsqueda de empleo, continuaba con la contraparte, con la contestación que ese tipo de declaraciones encontraron posteriormente en la red: que quien deja de contratar a un profesional solo por el hecho de que tenga un par de fotos en una red social hechas en un día de juerga, es que tiene unos criterios de selección claramente discutibles. Los buenos profesionales también se van de juerga (a no ser que sean extraordinariamente aburridos), y con la proliferación de redes sociales y cámaras digitales metidas en los bolsillos de todo el mundo, lo normal es que algunas de esas fotos acaben teniendo un nivel de difusión que antes, evidentemente, no tenían. Pero dentro de unos límites razonables, pensar que una persona de la que hemos visto una foto en un día de fiesta no debe ser contratada porque se trata de un alcohólico empedernido o porque va a generar mala imagen en los clientes me parece de un puritanismo y de una estrechez de miras completamente patéticas (obviamente, el caso que aparece en el reportaje, un tipo que dice que se va a resolver un problema familiar, que se va de juerga, y que además va y lo documenta en Facebook, es un tema aparte: ese no pierde el trabajo por juerguista, sino por mentiroso - y por idiota).
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.