Estuve cruzándome unos cuantos correos con María Ovelar, de El País, acerca de libros en el móvil. El artículo, titulado “Y el libro se hizo móvil” (pdf), ha salido hoy. Aprovecho para colgar algunas preguntas más del intercambio de mensajes que mantuvimos.
(Enlace a la entrada original - Licencia)P. ¿Qué significa desde el punto de vista de la empresa que existan bestsellers en móviles?
R. El desarrollo del uso del móvil como plataforma de lectura o, en general, con usos más sofisticados que el de mero terminal telefónico es algo que la empresa tiene que aprovechar. Bien sea como vehículo para sus productos y servicios, o como plataforma de comunicación directa mediante métodos que van más allá de la simple voz, y que exploran otras facetas del balance síncrono/asíncrono. Con BlackBerry primero y con iPhone después se empezó a popularizar la idea de “teléfono que me vale para muchas más cosas que hablar por teléfono”, o incluso que es una tontería comprar si lo que vas a hacer es únicamente hablar por teléfono: usos que van desde el correo electrónico a la agenda pasando por el GPS, la libreta para tomar unas notas o, porqué no, la lectura de libros. Yo hay libros que me llevo en el móvil y acabo leyendo entre viajes y esperas, el último ha sido uno de Cory Doctorow…
P. ¿Está Occidente (en general) y España (en particular) preparados para este cambio de soporte para la literatura?
R. Es una pregunta que si planteases a una gran parte de la población, te mirarían como si estuvieras loco. Sin embargo, es preciso tener en cuenta que existe toda una generación que no se separan de su móvil ni a sol ni a sombra, que lo utilizan para un rango muy grande de utilidades: como reloj, para escribirse mensajes, para enviarse canciones, para jugar, para mensajería instantánea, para tomar e intercambiar fotografías… Ese tipo de hábitos, unido a la evolución de los terminales móviles, con pantallas cada vez mayores y usabilidad cada vez más conseguida, podría fácilmente abrir un mercado que hasta el momento ha estado vinculado únicamente a mercados como el coreano o el japonés.
P. ¿Se te ocurren más casos como el de Japón?
R. El caso de Japón es bastante único, derivado de esquemas de uso y de conectividad que empezaron a desarrollarse de una manera muy temprana y que hoy forman parte de los usos y costumbres de una porción muy significativa de la sociedad. Lo sorprendente no es que lean en el móvil - con formatos que se adaptan además a ese soporte - sino que usen el móvil para todo, desde manejar su red social hasta el último grito entre las chicas, un juego de “novios virtuales” en el que ligan con personajes de cómic…
P. ¿Las empresas se están adaptando a la nueva moda de la literatura en la pantalla del ordenador y del móvil?
R. Las empresas de contenidos todavía ven la pantalla del móvil como un uso relativamente aislado, aunque ya son unas cuantas las que han adecuado sus ediciones para este tipo de soportes, algo a lo que la llegada del iPhone le ha dado además un fuerte empujón. En mi página, por ejemplo, tratándose de un contenido relativamente convencional - fundamentalmente texto con vinculos - ya tengo en torno a un 2% de visitas desde dispositivos móviles, que por mucho que se trate de una página orientada a un perfil innovador y tecnófilo, ya resulta significativo como tendencia. Pasar del hábito de leer noticias o un blog a leer un libro es únicamente una cuestión de disponibilidad de contenido.
P. ¿Funciona el eBook en España? ¿Sabes si hay cifras relacionadas con el negocio en España? ¿Europa? ¿Oriente? ¿EE UU?
R. Del eBook hay muy pocas cifras, y en España se trata de un fenómeno completamente residual aún, para nada significativo. Como fenómeno interesante y completamente dinamizador del mercado vale la pena mencionar el Kindle de Amazon, que en US lleva en torno a las trescientas mil unidades vendidas, y que lleva consigo una concepción de producto/servicio (acceso inmediato a todos los libros de Amazon, así como a periódicos, revistas y blogs) que está funcionando sumamente bien.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.