De un tiempo a esta parte, leo noticias acerca de la pretendida muerte de los blogs, particularmente a partir de un artículo de Paul Boutin en Wired titulado “Twitter, Flickr, Facebook Make Blogs Look So 2004“. Y dado que sobre blogs, a estas alturas, uno ya va teniendo una cierta opinión formada, me parece interesante comentarlo.
Tras conseguir leer el artículo no sin dificultad (Wired, una publicación a la que estoy suscrito, tiene artículos que valen la pena, pero está plagada de pop-ups y formatos publicitarios intrusivos de esos que sí son verdaderamente ya no “so 2004″, sino más bien “so nineties” :-) mi sensación es de decepción. Esperaba, la verdad, una argumentación algo más cuidada. Estoy de acuerdo con alguno de sus puntos, pero el salto a las conclusiones me parece, como mínimo, aventurado. Detallaré mi crítica:
Los blogs representaron, en los primeros años de este siglo (1999 vio la fundación de Blogger por Pyra Labs, y 2003 su compra por Google y la consiguiente inyección de recursos y salto a la popularidad), la primera posibilidad real que una persona sin conocimientos de tecnología, programación o manejo de un host tenía de publicar. Como tal, el blog fue el primer impulso dado a ese termino hoy manoseado y raído de la “Web 2.0″, la reedición de la web en un formato en que todos podíamos participar prácticamente sin limitaciones y con una presencia que iba algo más allá de lo que planteaban los foros, en los que el protagonismo no correspondía a la persona, sino al consolidado del contenido. Ahora, unos pocos años después, los blogs representan una de las posibilidades de desarrollar una presencia web, pero obviamente ya no son la única. Los jóvenes, por ejemplo, parecen preferir un desarrollo vinculado a las redes sociales, a esa página personal de Tuenti o de Facebook que, en ocasiones abierta a la búsqueda en la web, les proporciona un contexto múltiple y vinculado al de sus amigos y conocidos. Otros vehículos, como Flickr, YouTube, Twitter, etc. permiten la expresión personal en ocasiones con un balance esfuerzo vs. resultados mucho más ventajoso que el del blog, e incrementan sus seguidores día a día. Y así debe ser. Si alguien en algún momento pensó que el blogging era para todo el mundo y para todo momento, efectivamente se equivocó. Empezar un blog es fácil, insultantemente fácil. Continuarlo, no tanto. Popularizarlo, menos. Sigo pensando que el principal cliente de un blog es uno mismo, y que en determinadas ocasiones y circunstancias habrá más, pero para eso hay que poner mucho más que el esfuerzo de crearlo. Tener presencia a través de una red social es decididamente más sencillo. Otra cosa es que valga para lo mismo o llegue a reflejar lo mismo.Pero pensar que los blogs eran un atajo, un camino corto hacia la popularidad o una herramienta al alcance de cualquiera, no dejaba de ser una idealización de la herramienta, un “tengo un martillo, y por tanto, todo lo que se mueve es un clavo”.
¿Han muerto los blogs? La afirmación me parece directamente una estupidez. ¿Están anticuados? Hoy los blogs están en todas partes, partes de su estructura han sido adoptadas por los medios convencionales, integran conglomerados mediáticos que multiplican por factores de diez y de veinte la audiencia de muchos medios clásicos, y sirven para expresar la opinión, los pensamientos y el día a día de millones de personas y organizaciones, así como para congregar la participación y el feedback en torno a ellos. Hay blogs que mantienen el espíritu inicial, y también otros que lo enturbian con prácticas que, no por inevitables, tienen que gustarnos a todos, porque las reglas no las escribimos nosotros: lo hace, en el mejor de los casos, la mano invisible del mercado. Pensar que los blogs van a desaparecer es simplemente ridículo. Que haya alternativas a los blogs a la hora de crear una presencia en la web es algo bueno, que no hace sino reflejar la progresiva madurez de Internet y el papel creciente que la red juega en nuestras vidas. El blog es, simplemente, una herramienta, que seguirá teniendo un papel preponderante cuando alguien pretenda crear una presencia en la red de un tipo determinado. En agregado, los blogs han cambiado la red, convirtiendola en algo edificado sobre las personas, donde cualquiera puede tener una voz, más discreta o más prominente en función del esfuerzo que quiera o pueda depositar en ello. Pero no son una obligación (faltaría más), ni una necesidad, ni una panacea, ni mucho menos compiten con otros géneros o herramientas, sino que más bien los complementan a la hora de establecer tu presencia en la red. Contestando de manera sencilla a Paul Boutin y a otros agoreros: tenemos blogs para rato.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.