Es de esas cosas que pueden parecer triviales, pero que son susceptibles de tener un significado que vaya mucho más allá de lo que inicialmente parece. El lanzamiento de la Mac App Store aparenta ser una simple extensión de una estrategia que ha resultado enormemente exitosa en dispositivos como el iPhone o el iPad y que juega un gran papel en la evidente diferenciación de éstos, pero está seguramente destinada a jugar un papel todavía mayor en un mundo tan consolidado e inmovilista desde hace tantos años como el de los ordenadores convencionales.
No hay que ser un fanboy recalcitrante para ver que la jugada tiene mucho de ese “estilo Apple” que propone cosas que, al analizarlas con tranquilidad, resultan cualquier cosa menos sorprendentes, y tienden a verse como algo natural, totalmente normal, como algo que podría hacer cualquiera. Pero transformar la escena del software que instalamos en nuestros ordenadores para dotarla del enorme dinamismo que supone una App Store no es un paso en absoluto insignificante. Las App Store para iPhone e iPad han supuesto el desarrollo de un importante ecosistema económico-tecnológico para una gran cantidad de desarrolladores y usuarios, y hablamos de plataformas que se ofrecen a unos setenta y cinco millones de usuarios en el caso del iPhone (más si añadimos los aproximadamente cuarenta y cinco millones del iPod Touch) y a unos diez millones en el caso del iPad. En el caso de los ordenadores Mac, la plataforma de usuarios de la que hablamos alcanza, según algunas estimaciones, a unos cien millones de usuarios activos. El último trimestre, la marca vendió casi cuatro millones de ordenadores.
Que muchos de esos usuarios se lancen ahora a probar la Mac App Store es algo que promete una importante trascendencia económica para la marca, pero que además se puede cristalizar en algo mucho más importante: en un mercado verdaderamente dinámico de aplicaciones en el que los usuarios se acostumbren a sostener un ritmo habitual de compra. La Mac App Store sale con aproximadamente mil aplicaciones, un número escaso, pero no debemos olvidar que la App Store de iPhone salió en 2008 con ochocientas aplicaciones y hoy ofrece más de trescientas mil. Aplicaciones que han conseguido que la marca de la manzana se lleve un porcentaje de la totalidad del software empleado en su plataforma, algo que ninguna marca de hardware se había planteado conseguir. Que los Mac se conviertan en un creciente universo de aplicaciones de software bajo el control tecnológico y económico de Apple es algo que sin duda satisface los más delirantes sueños de control de Steve Jobs, al tiempo que ofrece importantísimas propuestas de valor tanto a desarrolladores como a usuarios.
En un panorama como el de los ordenadores personales, el lanzamiento de la Mac App Store significa mucho, mucho más de lo que inicialmente parece. Lentamente, nos acostumbraremos a comentar con otros usuarios qué aplicaciones consideran más útiles, a instalar aplicaciones de pago a cambio de cantidades pequeñas como ya hacemos en nuestros iPhone e iPad, a sostener un ritmo de actualizaciones y de gasto habitual, y a convertir a Apple en lo que ya es hoy: una empresa líder en sus planteamientos de innovación y también en sus resultados económicos. La Mac App Store no es simplemente la extensión de una estrategia exitosa: es algo que va mucho más allá, y cuyo significado real y la verdadera dimensión del cambio que trae consigo en los hábitos de los usuarios y en el panorama de la informática personal solo veremos con el tiempo.
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Como dicen en sus comentarios, ya era hora de que Dans volviese a hablar de tecnología... y a pegar bandazos, claro. Primero el futuro era que todo el software iba a ser libre, luego que todo iba a estar en la nube, y ahora es que todo van a ser aplicacioncitas descargables.
ResponderEliminarAsí yo también acierto, apostando a todos los modelos, alguno terminará siendo el ganador...