Esteban Hernández me hizo una entrevista telefónica el pasado diciembre hablando sobre libros electrónicos, descargas y el futuro de la industria editorial, un tema sobre el que he escrito bastante y también experimentado en primera persona. Hoy lo ha publicado bajo un título que no me gusta especialmente porque no estoy de acuerdo con la premisa principal, “¿Morirá la industria editorial igual que el cine o la música?“: la única industria que muere es la que se niega estúpidamente a adaptarse, y ni el cine ni la música como tales han muerto, de hecho se han convertido en industrias con menores barreras de entrada para el creador.
Lo que sí es claro es que la industria editorial, como antes hicieron la musical o la cinematográfica, han escogido el camino de luchar contra sus clientes, perseguirlos y criminalizarlos, y eso da inevitablemente los mismos frutos: clientes enfadados que optan por el producto más conveniente que encuentran, en parte por la cerrazón de la industria a proporcionárselo (las disculpas falsas e ilusorias solo sirven para tranquilizar falsa e ilusioriamente la conciencia… no, lo planteado hasta ahora no califica como solución a nada) y en parte por reacción irritada ante una agresión. Repetir los mismos errores conduce inevitablemente, si las circunstancias no cambian, a los mismos desenlaces.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.