Mi columna de Expansión de esta semana se titula “El programador perdido” (pdf), y en ella vuelvo, al hilo de un comentario en una entrevista a mi amigo Bernardo Hernández, al tema de los programadores en España, que ya he tocado en ocasiones anteriores y al que vuelvo de manera recurrente porque lo sigo considerando absolutamente fundamental.
A continuación, el texto completo del artículo:
El programador perdido
Cada día más voces llaman la atención acerca del problema que supone para la competitividad de un país tener un déficit de profesionales capaces de programar. La semana pasada, Bernardo Hernández, el directivo español de Google, comentaba en televisión que España necesitaba decididamente más programadores y menos abogados o economistas. En España, que un emprendedor encuentre al programador adecuado para convertir sus ideas en código ejecutable es una proeza.
Existe una enorme confusión sobre lo que es o no es un programador. En España, la programación se considera un primer nivel: programador, analista, jefe de proyecto, y gerente. Una actividad mal pagada. En la universidad, muchos profesores recomiendan a sus alumnos huir de la programación. En Estados Unidos, en cambio, hay un auténtico culto al programador: muchos de los grandes emprendedores tecnológicos lo son gracias al hecho de saber programar.
En realidad, hablamos de especies diferentes. En España, las personas de verdad capaces de convertirse en el alma de un proyecto y transformar su esencia e ideas en código, esos participantes esenciales a los que se entregan acciones para asegurar que permanecen en él, prácticamente no existen. Pero no, no es porque se les pague poco: es que no se encuentran ni debajo de las piedras. El concepto y consideración social del programador como tal es sencillamente erróneo.
El Reino Unido va a empezar a introducir programación en la educación infantil. Del mismo modo que los niños aprenden Física; no porque esperemos que se conviertan en físicos, sino porque cuando vives en un mundo gobernado por las leyes de la Física, es importante conocerlas. Cada día más, vivimos rodeados de objetos programables: conocer las bases de su funcionamiento se convierte en fundamental. Y cada día más, está pasando a ser uno de los factores más importantes en la competitividad de un país. Mientras en otros países se ponen las pilas, en España, seguimos buscando al programador perdido.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
Se nota que no esta el horno para bollos, ya apenas hay eventos a los que asistir o exponer y las visitas del blog, desde que Edans se ha convertido en una especie de perroflauta con palestina incluida, ya no son las que eran, y claro, toca post de mierda que genere polemica, de echo es casi calcado al que ya escribio hace un tiempo... menudo.
ResponderEliminarMenuda sarta de sandeces. Cómo se nota que es "nuevo".
ResponderEliminarYo tengo 43 primaveras y ya tenía una asignatura de programación. Si no infantil, sí, cuanto menos, juvenil. Este vendehumos sólo habla para quienes desconocen el oficio.
Y eso es así porque España está, literalmente, "petada" de programadores, del mismo modo que abundan las peluqueras. Un buen programador no tiene problemas de trabajo. Un programador "mediocre" -como yo-, puede sufrir buscando su sitio, pero es que este país no necesita más. ¡Para implementar una tienda online no hace falta ser ingeniero!
Si a lo que se refiere es a que no hay nadie que sea capaz de inventar un Google en España... coño, ¡pues claro! para este viaje no eran necesarias alforjas. ¿Para qué, si ya te lo programan en la India por cuatro duros? Con ese mismo argumento puedo defender yo a los ferreteros. En España los ferreteros malviven, los chinos triunfan con las ferreterías de todo a un euro, ergo en España hay déficit de ferreteros. Ámos, no me jodas.
Señor mío, eres idiota, no tienes ni puta idea de lo que hablas, y lo que es peor: te lo crees.
...país.