Mi columna de esta semana en Expansión se titula “La derrota de ACTA” (pdf), y es una adaptación para formato y público del diario en papel de mis opiniones e interpretaciones sobre la importancia de la humillante y categórica derrota que el Acuerdo Comercial Anti-Falsificación (ACTA) sufrió en el Parlamento europeo.
A continuación, el texto completo de la columna:
La derrota de ACTA
El pasado miércoles, el Parlamento europeo rechazó el llamado Acuerdo Comercial Anti-Falsificación, ACTA por sus siglas en inglés. Su derrota por 468 votos frente a 39, con 165 abstenciones supone la mayor derrota para una propuesta legislativa en la historia del europarlamento.
Un parlamento que decidió levantarse y mostrar su dignidad frente a un tratado mentiroso y manipulador que, bajo la excusa de un acuerdo comercial anti-falsificación, proponía la criminalización y la monitorización preventiva de todos los ciudadanos.
ACTA era, sencillamente, una aberración. Empresas de telecomunicaciones vigilando todo lo que hacían sus usuarios en la red, medicamentos genéricos capaces de salvar vidas prohibidos, empresas privadas convertidas en una auténtica policía del copyright… Un tratado negociado durante años en secreto por representantes no elegidos democráticamente, un intento de secuestro de las estructuras democráticas al que muchísimos ciudadanos convertidos en potenciales víctimas se han opuesto vehementemente. Miles de correos electrónicos y llamadas de estos ciudadanos a sus representantes en el Parlamento europeo y la acción decidida de algunos activistas han conseguido generar en una amplia mayoría de los mismos la evidencia de que algo estaba mal, de que la vía de la represión y la criminalización no era la forma adecuada de proteger los derechos de autor. Que los derechos de los creadores se protegen con más mercado, no con persecuciones absurdas que no llevan a ningún sitio.
Muchas de las demenciales medidas propuestas por ACTA volverán al Parlamento europeo bajo otros disfraces. Los lobbies son así. Incansables. Pero por una vez, 468 representantes han interpretado la voluntad de los ciudadanos y han defendido sus intereses, han desactivado el engaño al que se les intentaba someter.
La derrota de ACTA es una estupenda noticia. La demostración de que cuando los ciudadanos se unen, pueden lograr cambios. De que el activismo es la única respuesta. La próxima vez les resultará, esperemos, algo más difícil. Enhorabuena a todos.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.