Mira la fotografía de la izquierda… es muy posible que varios de los terminales que ves en ella hayan ocupado tu bolsillo durante largas temporadas. Es posible, incluso, que varios de ellos aún pululen por esos cajones de tu casa que no sueles abrir muy a menudo. El tono de llamada de Nokia, aquellos cuatro compases del Gran Vals de Francisco Tárrega que se decía en el año 2001 que los pájaros en las capitales nórdicas habían empezado a imitar y que se escuchaba en el mundo mil ochocientos millones de veces por día, unas veinte mil veces por segundo, es hoy en día un sinónimo de retro, de vintage o de viejecito que no ha cambiado de móvil en los últimos años.
Apocalíptico artículo de Jordan Weissman en The Atlantic, “Death of a ringtone: the rise and fall of Nokia“, que no hace más que relatar lo que todos llevamos años viendo: cómo Nokia fue pasando de ser un líder, a una compañía desenfocada y burocratizada que apostaba a todos los palos sin apostar claramente a ninguno, a tener la gran mayoría de sus ventas en países en vías de desarrollo, a dejarse caer en manos de la compañía que simboliza la tecnología del siglo pasado, y finalmente, a convertirse en un zombie. Este último trimestre, diez mil personas a la calle (de un total de cuarenta mil empleos perdidos desde que se inició la caída) y los peores resultados en toda su historia. Solo este año, un 42% de caída en el valor de la acción, su deuda clasificada como bono basura y un terminal que no tiene malas críticas, pero que ya, sencillamente, no se vende. Sí, es tan duro como parece.
Las míticas reinvenciones de Nokia empiezan a tener la banda sonora de “Misión imposible“. Una verdadera pena.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.