Hace unos días crucé un par de correos con Marimar Jiménez, de Cinco Días, al hilo del Nexus One que Google anuncia hoy, y algunas de mis opiniones aparecen en un artículo de ayer, titulado “Google reta a Apple y a las operadoras con el lanzamiento de su primer móvil” (ver en pdf).
El contenido completo del correo que crucé con Marimar, a continuación:
(Enlace a la entrada original - Licencia)La jugada de Google aquí es la de entrar seriamente en el mercado de las telecomunicaciones con una oferta completa. En realidad, Google es ya a día de hoy una empresa de telecomunicaciones. Posee una amplia red de fibra óptica que mueve una cantidad importante de tráfico y que le permite cerrar acuerdos de intercambio con cualquier operadora; ha adquirido Gizmo5, una aplicación de VoIP; posee un Google Voice desarrollado a partir de la adquisición de GrandCentral que le permite ofrecer servicios de voz sofisticados que borran la frontera entre la voz y la web; un sistema operativo, Android, adoptado por una importante cantidad de fabricantes; y ahora su propio teléfono. Analizando todas las piezas conjuntamente, es evidente que Google está consiguiendo convertirse en un importantísimo jugador en el mercado de las telecomunicaciones: controlando el teléfono puede juntar una gran cantidad de estas piezas en forma de prestaciones directas al cliente final, lo que le permitiría ensayar nuevos servicios de manera privilegiada. Ahora mismo, algunos servicios ofrecidos por Google, como las aplicaciones de realidad aumentada de Google Goggles (enfocar con la cámara a un monumento y ver superpuesta información sobre el mismo, o a un restaurante o tienda y ver evaluaciones de clientes, introducir datos de una tarjeta simplemente fotografiándola, etc.) están únicamente disponibles para teléfonos con Android.
Para Google, el mercado de las telecomunicaciones no tiene un desarrollo individualizado, sino que está en íntimo contacto con todos sus demás productos. Controlar todos los aspectos de la experiencia de usuario le permite reducir a la operadora a un papel de mera commodity: tengo mi terminal y una serie de tarjetas en función de mis intereses, pero las manejo todas de manera integrada a través de Google Voice. Llego a otro país, adquiero una tarjeta nueva, y simplemente redirijo mis llamadas de manera inmediata. Para Google, esto significa superar de un plumazo todas las limitaciones que le planteaban las operadoras convencionales y los fabricantes clásicos de terminales que tenían con éstas una relación de puro servilismo. La jugada es perfectamente lógica.
Por último, estamos entrando en un momento en que el factor forma va a sufrir una especie de “explosión Cámbrica”: a lo largo del 2010 veremos cómo proliferan dispositivos de todas formas, tamaños y colores, desde tablets reinterpretados (Apple iSlate y afines) hasta netbooks y smartphones de todo tipo con prestaciones cada vez mayores, lo que llevará a un nuevo panorama en el que Google tiene que esforzarse por estar lo más presente posible. Entre Android y Chrome OS cubre una buena parte del espectro, con el incentivo además de poder vender directamente la marca Google al usuario final acompañada de su oferta de aplicaciones. Todos estos dispositivos, en realidad, son sitios en los que el usuario puede navegar (cuanto más se incremente el tiempo de navegación y las páginas vistas más posibilidades de negocio tiene Google), utilizar aplicaciones sobre la nube, o acceder a todo tipo de servicios, con una mezcla cada vez mayor entre la web y otros entornos.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.