En ABCD, el suplemento cultural de ABC, Jesús Marchamalo me cita brevemente en este artículo sobre libros electrónicos titulado “La biblioteca de bolsillo“. El artículo es muy indicativo del tono general que se está respirando en la industria editorial española, muy de “esto no ha llegado todavía”, algo que resulta sumamente preocupante. Lo reflejó muy bien esta entrada de eConectados, “Los editores españoles van a equivocarse con el eBook“, que he visto citada en muchos sitios y que estoy de hecho utilizando como referencia en algunas clases.
El pasado diciembre, mi mujer se dio cuenta estando de viaje de que se había olvidado el libro que estaba leyendo, uno de Stieg Larsson de esos que fastidia mucho dejar a medias. Dado que yo llevaba mi Kindle conmigo y ella lo había probado poco, le ofrecí la posibilidad de seguir con su lectura ahí. Pues bien, tardé escasamente cinco minutos en comprobar que no estaba disponible en versión electrónica en español a través de ninguna editorial, y otros cinco minutos o menos en encontrarlo en versión electrónica no en una, sino en varias páginas y formatos. Me lo bajé en un momentito, lo convertí, me lo envié a mí mismo a mi cuenta de Kindle (me había ido sin el cable micro-USB porque no había previsto que me hiciese falta), y ahí terminó la historia. Ni el más mínimo problema, ni el más mínimo remordimiento, ni mi cuenta de Kindle hizo preguntas de ningún tipo. Todo suave como la seda, a la primera. Con los libros, dentro de unos límites razonables, carezco bastante de sensibilidad al precio: de haberlo encontrado fácilmente, seguramente me lo habría vuelto a comprar, a pesar de tener la versión en papel. Pero no pude hacerlo. Si las editoriales españolas quieren pensar que como ellas no han puesto oferta en Internet, no se va a desarrollar el mercado todavía, que el mercado va a esperar por ellas… allá ellas. La oferta ya existe, y en ausencia de otras alternativas mejores, el cliente usa lo que hay. Y además, se crea el hábito. Remember Napster.
En función de cuánto tiempo dejen pasar sin poner oferta de libros y contenidos en español, de cómo de razonable resulte el precio que decidan aplicar, y de cómo gestionen las dependencias del modelo anterior de distribución, el libro electrónico será oportunidad o amenaza. La industria editorial tiene condicionantes que otro tipo de contenidos no tienen, el análisis no es sencillo. Y los árboles están impidiendo a las editoriales ver el bosque, haciéndolas olvidar que aquí lo fundamental es poner el producto en el mercado lo antes posible aunque no se venda o se venda poco todavía. Por el momento, viendo el tono “sin prisa” del artículo de ABC y las declaraciones de los responsables de algunas editoriales, la cosa no tiene muy buen color.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.