Jack Freeman, un programador de aplicaciones para la App Store de Apple que utilizaba Unity3D, una de las herramientas más populares que han sido prohibidas por los nuevos términos de servicio del iPhone OS 4, ha creado Stop The Madness Steve Jobs!, una página destinada a dar visibilidad a su protesta, que está recibiendo una gran atención a través de plataformas sociales como Digg, Twitter, Facebook, etc. y que se une a otras respuestas igualmente duras, como la de otro programador, Hank Williams, en “Steve Jobs has just gone mad“.
Empecé a seguir la discusión a raíz del interesante intercambio de comentarios en mi entrada anterior: sin duda, la cosa tiene más miga de la que parece. La decisión de Apple de prohibir el uso de herramientas middleware de programación ha incomodado a un cierto número de programadores, particularmente aquellos que habían decidido no seguir las directrices de la propia Apple a la hora de escoger herramientas de programación. Las recomendaciones de Apple desde el origen de la App Store eran desarrollar utilizando XCode, Objective C y Webkit, pero algunas herramientas, como Unity3D, habían alcanzado un elevado nivel de popularidad y estaban, de hecho, detrás de algunos de los juegos y aplicaciones más vendidos.
Por el momento, Steve Jobs, que ha contestado personalmente algunos mensajes a programadores que le han escrito preocupados, ha adoptado la respuesta de John Gruber en Daring Fireball: los motivos alegados por Apple para la restricción de este tipo de herramientas son la calidad de los desarrollos, pero sin dejar de lado el hecho de que los desarrollos con capas intermedias como Flash o como .Net (a través de MonoTouch) produzcan resultados menos satisfactorios, las razones estratégicas están muy claras: establecer su tienda, la App Store, y su conjunto de APIs, Cocoa Touch, como estándares de facto para el desarrollo del naciente mercado de las aplicaciones móviles, y en cierto sentido también dificultar la versatilidad a programadores que quieran desarrollar para múltiples plataformas de manera indistinta.
¿Hasta qué punto puede una empresa que sigue una estrategia de plataforma, como Apple, provocar respuestas airadas de una porcentaje importante de programadores? Quien posee la plataforma pone las reglas, pero ¿hasta qué punto pueden esas reglas volverse estrictas? Después de todo, el éxito de una plataforma está en seducir a aquellos que desarrollan para ella, no en hacerles sentir que su trabajo y esfuerzo pende de una serie de decisiones más o menos caprichosas. Por otro lado, las advertencias de Apple no son nuevas, y aquellos que insisten en desarrollar con herramientas que la plataforma no recomendaba podían esperar que la posición pasase de “no recomendar” a “prohibir” en cualquier momento. Para muchos, una circunstancia como ésta debería significar una “corrección” de algún tipo desde Apple, con el fin de evitar poner en crisis un modelo de plataforma que le ha permitido ser sumamente exitosa en este ámbito. Sin embargo, dicha rectificación, en virtud del interés estratégico, parece muy poco probable: para quien quiera seguir viviendo en el ecosistema marcado por Apple y su App Store, la respuesta es clara: “son lentejas, si las quieres las comes, y si no… las dejas”.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.