El gobierno chino aprueba un nuevo paquete legislativo que obliga a los usuarios de la red a identificarse con sus nombres reales ante los proveedores de servicio, que pasan además a tener nuevas responsabilidades sobre la eliminación de contenidos y el reporte a las autoridades.
La presión del gigante asiático sobre la red y sus usuarios es cada vez más fuerte, y los recursos que emplea en su control, cada vez más desmesurados. Entre las medidas recientes se encuentra un “purgatorio digital” para los usuarios de redes de microblogging como Weibo, la versión china de Twitter, que hace que cuando alguien ha mencionado términos considerados “peligrosos”, las actualizaciones que escriba sean retrasadas una semana, convirtiendo en completamente absurdo todo el propósito y la idea del microblogging. Los ocho métodos con los que Weibo censura a sus usuarios son de auténtica película de terror totalitario.
La semana pasada, un periodista del Diario del Pueblo chino, viendo venir el nuevo panorama legislativo, me preguntaba específicamente si creía que forzar el uso de nombres reales podía de alguna manera ayudar a la regulación de la red. Mi respuesta fue la siguiente:
El uso de nombres reales supone una violación de derechos fundamentales: el derecho a la participación anónima o con seudónimo es importantísimo para el correcto funcionamiento de la sociedad. En mi propia página, con un nivel de participación elevado, hay en muchos casos personas que pueden participar gracias al hecho de no tener que revelar, por ejemplo, para qué empresa trabajan. Es absurdo pensar en un entorno en el que una persona, por posicionarse de una manera determinada en un asunto, pueda sufrir represalias. El derecho al anonimato no perjudica en absoluto la persecución de delitos graves: en la red todo queda recogido en algún fichero log, y eso hace que la policía, con las garantías judiciales adecuadas, pueda, si es preciso, perseguir el delito incluso con mayores garantías que en la calle. De la misma manera que nadie nos obliga a caminar por la calle con un cartel con nuestro nombre, no deberían forzarnos a utilizar obligatoriamente nuestro nombre real. La norma, por otro lado, sería incontrolable, y es bien sabido que nada desgasta tanto al poder como la promulgación de normas de imposible cumplimiento.
Para intentar entender la situación actual de la red en China, te recomiendo esta página de Singapore Management University o esta conferencia de Michael Anti en TED.
(Enlace a la entrada original - Licencia)
0 comentarios:
Publicar un comentario
ATENCIÓN: Google ha metido en Blogger un sistema antispam automático que clasifica como spam casi lo que le da la gana y que no se puede desactivar.
Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.