Hace un par de días me llamaron de EFE para hablar acerca de la evolución y perspectivas de los códigos QR a partir del artículo sobre el tema que publiqué hace algunos meses, y hoy he visto algunos fragmentos de la conversación en una noticia de 20 Minutos titulada “Los códigos QR ‘dan imagen de modernidad’ pero apenas se usan“.
No tengo absolutamente nada en contra de los códigos QR, ni contra las empresas que plantean su uso en los más variados entornos. Personalmente, los he utilizado para múltiples cosas, y es evidente que resulta posible encontrarlos en un montón de sitios, pegados a casi cualquier cosa imaginable. Sin embargo, el nivel de uso de los mismos es habitualmente nulo: por muy pintorescos y muy “modernos” que queden, poquísimos usuarios realmente llegan a escanearlos y a utilizarlos para nada que tenga valor práctico, y en muchos casos se trata más de un tema de imagen que de valor práctico real.
Cada día más, resulta más práctico teclear en un buscador algunas palabras de la información a la que se pretende acceder, o incluso utilizar programas que permiten contextualizar mediante datos como la geolocalización o la interpretación de una imagen, lo que, según mi impresión, llevará a un abandono del código QR en no demasiado tiempo. Suponiendo, claro está, que alguna vez haya llegado a ser de verdad utilizados.
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Si después de hacer tu comentario este no aparece, no se trata del espíritu de Dans que anda censurando también aquí, es que se ha quedado en la cola de aceptación. Sacaré tu mensaje de ahí tan pronto como pueda, si bien el supersistema este tampoco me avisa de estas cosas, por lo que tengo que estar entrando cada cierto tiempo a ver si hay alguno esperando. Un inventazo, vaya.